La capacitación como herramienta de desarrollo y sus alcances.

Desde hace algunos años, las organizaciones han tenido cada vez más atención al desarrollo de sus colaboradores, tanto a nivel profesional como a nivel personal; el desarrollo de habilidades y conocimientos ha sido factor indispensable para el crecimiento de las organizaciones. Afortunadamente cada día se voltea a ver más a las herramientas de desarrollo; metodologías de desarrollo, mentoría, coaching, team building, y claro, capacitación y lo que engloba. Sin embargo, ¿cuál es su alcance?, ¿hasta dónde impacta en el desarrollo de los colaboradores y el bienestar de la organización.

Muchas organizaciones tienen una relación de cumplimiento con el tema de capacitación, pero no lo dimensionan a profundidad. Se cree, en algunas de ellas, que el “curso” nos solucionará el problema; cuando la realidad es que solo nos dará algunas herramientas para hacer frente. Los colaboradores asistentes saldrán motivados y con ganas de implementar algo de lo que se habló en el curso, pero aquí es donde entran factores del entorno que pueden alentar o cuartar la implementación de esas herramientas y, por lo tanto, el desarrollo de habilidades y conocimientos.

Los líderes, en varias ocasiones, frenarán la implementación de estas herramientas o sugerencias de cambio; pensando que tal vez no son las adecuadas, que no van con su estilo de liderazgo o que tal vez no es el momento para llevarlo a cabo. Por otro lado, en ocasiones las mismas áreas de capacitación solo se limitan a programación y ejecución de cursos, pero no de su seguimiento y posterior evaluación. Y, en casos extremos, hay organizaciones que lo hacen solo por cumplir con las autoridades correspondientes o, incluso, no capacitan.

El alcance de capacitación es brindar a los asistentes herramientas, conocimientos, habilidades, incluso, actitudes; que permitan un progreso en su formación profesional. Dejando de lado los puntos anteriores, los cursos, talleres, conferencias y demás herramientas de capacitación, podrán generar un impacto del 10 al 15% en el desarrollo de los equipos. ¿Parece poco?, tal vez por ello algunas empresas no lo vean como algo determinante en el bienestar de su organización. La realidad es que necesitamos ver a la organización como un ente colaborativo, donde todo suma; es decir, la implementación de un curso tendrá efecto si, internamente, se le da un seguimiento, supervisión de las herramientas y conocimientos abordados; si los líderes y áreas correspondientes incluyen las herramientas de capacitación como elementos de sus planes estratégicos. Un curso no solucionará el conflicto, pero abrirá la puerta a revisar, complementar, actuar y ejecutar un cambio.

Por ello, construyamos planes de capacitación y desarrollo basados en mediciones objetivas, que permitan visualizar metas de crecimiento y, al mismo tiempo, implementar sistemas de supervisión y seguimiento. Toma en cuenta dos factores: las necesidades de la organización y las necesidades del colaborador, en el punto medio encontraremos la base sólida para el desarrollo de la organización.

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Enrique Gil. Líder de capacitación

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