El concepto de employer branding se refiere a cómo nos ven los empleados y candidatos a las organizaciones como un espacio para trabajar. Este se construye desde múltiples actividades y acciones. Elementos como el clima laboral, la cultura y el liderazgo generan una impresión hacia los empleados, misma que replican hacia el exterior.
Los candidatos desarrollan su concepción del employer branding desde lo que ven en redes sociales, escuchan de parte de conocidos y dentro del sector, pero sobre todo de los procesos de reclutamiento en los que participan. De esto la importancia de la retroalimentación.
La retroalimentación durante el proceso de reclutamiento se puede dar en diferentes etapas, la primera en la entrevista inicial, cuando se detecta que el candidato no cumple con las expectativas del puesto y la organización. La segunda cuando el candidato ha sido descartado durante procesos como las pruebas técnicas o la entrevista con el responsable del puesto. Por último, podemos considerar cuando fue parte de la terna final y no ha sido seleccionado para el puesto.
La retroalimentación es importante no solo por el employer branding, sino porque concluimos procesos de una forma profesional. Podemos realizar la retroalimentación de distintas formas. Podemos hacerlo de manera presencial, mediante un correo o por una llamada telefónica. Los momentos para hacerlos son: inmediatamente después de que descartamos a candidato, inclusive durante la primera entrevista. Cuando no ha cumplido con alguno de los requerimientos para el proceso, o cuando hemos seleccionado ya a otro candidato.